Una taza de maní pelado.
Un cuarto de taza de azúcar.
Un tercio de taza de agua.
Esencia de vainilla.
1Colocar el maní, azúcar y agua en una ollita. Mezclar sin parar. El líquido va a empezar a burbujear. Después tiene que evaporarse fuera del fuego.
2Seguir batiendo hasta que se cristalice (queda un color opaco, blanco) y, a partir de ahí, llevar al fuego nuevamente.
3Agregar la esencia de vainilla y seguir mezclando hasta que se ponga brillante y marrón otra vez.
4Llevar a una placa con aceite para que se enfríe.