125 g de sémola de trigo duro fina (Vitina).
80 g de manteca.
500 g de leche.
Una yema de huevo.
100 g de queso parmesano.
Nuez moscada.
Sal y pimienta, a gusto.
Hojas de salvia.
Aceite de oliva.
2 dientes de ajo triturado.
4 tomates perita maduros rallados.
1En una olla, colocar la leche con 25 g de manteca, condimentar con sal, pimienta y nuez moscada.
2Cuando la manteca se fundió bajar el fuego. Añadir la sémola en forma de lluvia sin dejar de revolver.
3Cocinar unos 8 a 10 minutos.
4Retirar del fuego. Incorporar la mitad del queso parmesano. Seguir integrando; cuando baja la temperatura, agregar la yema de huevo.
5Bajar a una placa aceitada, extender con ayuda de una espátula hasta llegar a 1 cm de superficie. Dejar enfriar en heladera.
6Mientras tanto, en una sartén bien caliente, dorar en aceite de oliva los dientes de ajo machacados con piel, agregar el tomate rallado cuando esté muy muy caliente. Y cocinar unos minutos.
7Condimentar con sal y pimienta. Reservar para servir.
8En otra sartén, derretir la manteca que te quedó e incorporar las hojas de salvia fresca. Reservar para el armado.
9Retirar la placa del frío, cortar con cortante circular e ir colocando en una placa antiadherente los discos de sémola pintándolos con la manteca de salvia. Ir encimándolos.
10Una vez que cubrimos la fuente de horno, terminamos de colocar las hojas de salvia y el queso parmesano que nos quedó.
11Llevar a horno caliente 200° para que doren muy bien.
12Servir con la fondue de tomates que hicimos anteriormente.
13Para la bechamel: fundir la manteca en una sartén junto con la harina, agregar la leche fría toda de golpe y revolver con batidor continuamente hasta que espese.
14Condimentar con sal, pimienta y nuez moscada.
15Colocar en los ñoquis antes de llevar a gratinar.