300 g de spaghetti.
200 g de panceta.
60 g de queso pecorino.
6 yemas de huevo.
Pimienta negra y sal, a gusto.
1Cortar la panceta en trozos grandes y rallar el queso. Separar las yemas.
2Cocinar los spaghetti. Por cada 100 g de pasta, un litro de agua y 15 g de sal. Recomendación, dejar la pasta un minuto menos de cocción, ya que se terminará de cocinar en la salsa.
3Saltear la panceta en una sartén grande, hasta que parte de la grasa esté transparente y ligeramente dorada. No es necesario incorporar más aceite.
4En un bowl, mezclar el queso junto a las yemas. Se puede agregar una cda del agua de cocción de la pasta.
5Cuando la pasta esté lista, agregarla a la sartén y dar unas vueltas junto a la panceta para que tome el sabor de la grasa.
6Retirar del fuego y agregar la mezcla de yemas.
7Mezclar muy bien, teniendo cuidado de que no cuaje el huevo. Agregar agua de cocción, si fuera necesario, para que quede bien jugosa la salsa.
8Servir y terminar con un poco más de queso y pimienta recién molida.