Una pata de cordero de aproximadamente 1,4 k,
4 dientes de ajo.
Romero fresco.
Menta fresca.
Aceite de oliva.
500 cc de vino blanco.
Papel aluminio.
Sal y pimienta, a gusto.
1Para la pata de cordero, quitar tejidos conectivos, excedente de grasa y la glándula catinga.
2Con un cuchillo de punta, hacer pequeñas incisiones en la carne formando “bolsillos”.
3Introducir medio diente de ajo en cada uno, acompañado con hojas de romero y, ocasionalmente, hojas de menta. Salpimentar.
4Utilizar una fuente profunda para horno con rejilla.
5Servir el vino en la fuente y apoyar la pata sobre la rejilla. Cubrir con papel aluminio.
6Cocinar durante 90 minutos a 160°.
7Una vez cumplida una hora y media, retirar el papel aluminio y pincelar la pata con aceite de oliva.
8Cocinar durante 15 minutos más a 200°.
9Para la guarnición, hervir los papines 30 minutos en agua con sal. Retirarlos y escurrir.
10Cortarlos al medio y dorarlos en una sartén precalentada con aceite de oliva, sal, pimienta y pimentón.
11Derretir la manteca en una sartén y saltear la cebolla y el ajo picados.
12Agregar la espinaca lavada y cortada en juliana.
13Cocinarla durante un minuto (o hasta que cambie de color).
14Agregar la crema y el queso rallado y cocinar durante un minuto más para integrarlo.
15Condimentar con pimienta y nuez moscada.
16Servir la pata junto a la guarnición.