1Limpiar perfectamente las pechugas de pollo de cualquier excedente de grasa. Salpimentarlas bien de ambos lados.
2Luego rebozarlas pasándolas por harina, huevo y finalmente por panko presionando bien. Reservar en la heladera para que el rebozado se adhiera perfectamente a la carne.
3Freír en abundante aceite caliente.